expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

31 de diciembre de 2010

setenta y seis.

Si ahora estuviera a tu lado, te daría un besazo, que me quedaría más a gusto que un dios. Solo me apetece hacer eso, solo eso.

28 de diciembre de 2010

setenta y cinco.

-Si te conozco ya un pelín aunque sea 
-Yo a tí ya bastante, mucho diría yo
-Pero no lo suficiente 
-Nunca lo es, pero gordi que yo te quiero, y más que querer, son las ganas, y con ellas puf, tiras para delante sin dudarlo, quieres siempre más y más y más, todo junto a ti, y nada, que no venía a cuento esto
-Aunque no viniera a cuento me da igual.. estas cosas siempre vienen a cuento, y siempre son bienvenidas, pero no molan, porque jopé es que no sé que decirte.. que te quiero, creo que es algo que a estas alturas ya tienes que tener bien claro, y sin dudarlo, puedes decir segurísimo "ella me quiere" ganas de ti? buf, de eso me sobra.. en realidad lo voy a pasar mal cuando empiece todo otra vez, 5 días sin verte se me van ha hacer prácticamente imposibles.. y que me he quedado empanada sin nada más que decir, solo para que esperaras a que contestase, mirando el lapicito ese de ahí arriba jaja, dios, que parras me monto gord:$ que te quiero y punto en boca y sereno 
-Eres increíble, la persona que yo andaba buscando y de la que no me quiero separar, almenos no sin haber luchado antes 

27 de diciembre de 2010

setenta y cuatro.

Le quieres, es algo que no puedes negarme, entonces, ¿por qué haces esto? Os estáis amargando mutuamente, estáis haciéndoos daño. Toma, coge el espejo y mírate, ¿y esa sonrisa? esa sonrisa que tenías desde que te levantabas hasta que te ibas a dormir, e incluso en sueños. La sonrisa de la que todo el mundo hablaba, que hacía que todo el que se encontraba a tu alrededor estuviera bien, irremediablemente, sin ningún motivo alguno, solo con ver esa sonrisa, esa sonrisa que le enamoró.
En todas las parejas hay problemas. Algunas tienen más, otras chocan menos, pero ninguna se salva de estas disputas, por pequeñas que sean. Es lo que le da ese toque a la relación, lo que lo hace adictivo, algo que no puedes perderle, es algo que le da esa emoción, esa sensación de decir "más más y más, quiero más", esa sensación de que sea como sea, lo quieres, y si, lo vas a conseguir.
Yo solo tengo claro dos cosas de todo esto, le quieres y te quiere, ¿para qué más? ¿para qué pedir algo distinto? Con eso es suficiente, así que no seas tonta, vete,
corre a por él, no le dejes escapar, sabes que no hay otro como él, sabes que le necesitas, sabes que lo es todo, sabes que lo vas a pasar muy mal, sabes que él quiere lo mismo que tú, te quiere a ti.
Puede que si lo pierdes lo vas a pasar muy mal, aunque tarde o temprano todo se supera, pero, ¿para qué sufrir? Si lo que quieres lo tienes en tu mano, anda, corre a buscarle.

24 de diciembre de 2010

setenta y tres.

Ahora ya me da igual como ha ocurrido, que piensan otros, ya no importa nada. Hoy se lo que quiero, yo te quiero aqui.

setenta y dos.

Hay veces que sientes esa gran sensación, esa que no te deja solo ni un momento, que te recuerda permanentemente a alguien.. porque tal vez sientas la esperanza de que algo, por poco que sea o difícil que parezca, suceda.

23 de diciembre de 2010

setenta y uno.

Me encanta, es verdad, no lo voy a negar. Es una sensación rara, que engancha, que jode, que agobia, que ralla, que te hace sentir el mejor del mundo, que te encanta.. es como una adicción, es el depender de alguien, tal y como dice la definición: "arrastra a la persona adicta lejos de todo lo demás que le rodea". Sabes que a la larga puede ser peor, malo, pero ¿por qué dejarlo? Si estás bien así de esa manera, haciendo lo que quieres, es más, estás perfectamente. Pues disfrutas, disfruta del momento, del instante, del segundo, de todo.. sin medidas, sin preocuparte por nada. Lo haces de tal manera que lo necesitas más y más, cada vez un pelín más, la adicción aumenta, y te das cuenta por esa sonrisa tonta de la que tanto hablan que se te queda durante minutos, ese sube y baja que te recorre todo el cuerpo, ese orgullo que te tragas simplemente por verle sonreír, ese empanamiento que te entra simplemente al quedarte mirándole, lo que cuesta decir adiós, esa sensación de que el tiempo tiene su propio ritmo, es un no sé, que te llena.. podría quedarme aquí media hora más borrando y escribiendo lo que pienso.. pero ha sido más fácil preguntarlo directamente, puede que sea una visión típica, pero es que es lo que es, no tiene más..
"Yo: y qué sientes en esos momentos?
Señor X: pfff sinceramente?
Yo: si..
Señor X: Sientes nerviosimos, que no estás nunca en el mundo, siempre te vas al tuyo propio, cuando la ves sientes esas mariposas en el estómago y te sale esa sonrisita tonta, cuando estás cerca se te acelera el corazón y solo tienes ganas de abrazarla y besarla y cuando la besas...todo gira el mundo la tierra lo que te rodea desaparece. Solo estáis los dos, y cuando estás sin él...no paras de pensar en esa persona, en la tarde o en el momento tan perfecto que habéis tenido. Cuando te enfadas la agonía de querer arreglarlo. Cuando lo dejas el dolor de sentir que tu corazon se ha roto en mil trozos de manera irremediable, eso es estar enamorado. Que el tiempo sin el se te haga largo y con el las horas sean segundos que el valla delante de todo lo demás podría seguir pero no has ido a preguntarle a la persona correcta."
Toda persona es correcta para hablar sobre esto, algunas personas pensarán de una manera más libre, otras de una manera más cursi, otras pensarán que esto es un pastel, otras que se quedan cortos.. pero todo el mundo, de una manera u otra tiene una propia definición, y yo, en estos momentos, estoy intentando encontrar la mía, poco me queda.

12 de diciembre de 2010

setenta.

Me oía a mí misma como en una película, pero ya había empezado y no habría forma humana de pararme, me conocía. El también debió olerse algo, porque ni siquiera parpadeó hasta que empecé a hablar de nuevo.
- Tengo treinta y cuatro años y una vida que no me gusta. Lo único bueno que hay en ella es mi hija y de repente apareces tú y pones mi mundo patas arriba con tu sonrisa y tu voz. Cualquier chica en mi lugar estaría histérica, y yo cada vez estoy más cómoda contigo. Siento como si te conociera de toda la vida y si de mí dependiera no saldrías jamás de este salón.- solté todo sin respirar, así que tuve que para un segundo, que aproveché para levantar la vista del suelo y mirarle. 
todas las dudas que había tenido hasta entonces se disiparon cuando vi la forma en la que me miraba. Nadie me había mirado así nunca. Nadie. Siempre había pensado que las tonterías de erizarme el vello de la nuca y empezar a sudar frío eran cosas de los libros bobalicones, pero descubrí de repente que no era así, que era posible sentir un escalofrío desde los dedos de los pies hasta el pelo sólo con que me mirara de esa manera. No podía apartar los ojos. Estuvimos mucho tiempo mirándonos así, él sentado y yo de pie, hasta que no pude más y me acerqué despacio hasta quedar delante de él. Me dejé caer de rodillas y nuestras caras quedaron entonces a la misma altura.
-¿No dices nada más?- pregunté.
-Todo lo que pudiera decir ahora mismo sonaría estúpido, te lo aseguro.
-Quid prou quo, doctor Lecter.- dije sonriendo.- Es tu turno.
-Ven aquí.- suspiró mientras me ponía una mano a cada lado de la cara.
Nuestros ojos estaban ahora a centímetros de distancia y sentí como una oleada de fuego salía de los míos y rebotaba en los suyos, ¿también lo habría notado él?
-Dime que esto es una locura, por favor.
-Te lo digo, es una locura.- susurré. Tenía miedo de hablar más alto por si rompía la magia y él se echaba a reír diciendo "boba, todo es una broma".
-Pues páralo entonces.- dijo sin parar de mirarme.- Di que es un error, pégame y échame de tu casa.



8 de diciembre de 2010

sesenta y nueve.

Doscientos por hora, a toda hostia, no quiero enterarme de lo que pasa alrededor. Pero, de repente, aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas, de las pequeñas cosas que verdaderamente importan.
Y ocurre, algo se acciona. Y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar. Y es ahí cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez.


sesenta y ocho.

Ya nada más importa, lo que de verdad importa es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya solo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir.

sesenta y siete.


¿Sabes por qué a la gente le gusta estar enamorada? Porque cuando estás enamorado, te sientes vivo, y eres... como un niño. Y a todo el mundo le gusta ser un niño.
Con la edad, hemos perdido algo muy valioso por el camino. Alguien, nos lo ha estado quitando, lo ha ido dejando cada vez más sordo, cada vez más ciego, cada vez más borroso, cada vez más insignificante, hasta que un día, cuando vas a decir una de esas cosas que diría un niño, te callas, porque te da vergüenza...
La capacidad de ser feliz está en esa parte de ti con la que viniste al mundo y que has ido escondiendo por el "qué dirán". Destierra la parte del niño que hay en ti y sácala a la luz. Ésa es la mejor versión de ti mismo que tienes. Sonríe como un niño, mira como un niño, juega como un niño y tu vida mejorará inmediatamente. Y manda a la mierda lo serio, así que no te dejes contagiar. Éste es el secreto de la felicidad.


7 de diciembre de 2010

sesenta y seis.

Que no quiero que seas el mejor, no quiero que enciendas cada madrugada con un millón de estrellas, no quiero que seas un amor perfecto, no quiero que tengas todo lo que sueño sin ningún defecto, ni quiero que cambie ni un respiro en ti. Quiero que cada segundo sientas que te quiero así.
No quiero que hagas nada diferente, quiero que me quieras como tú me quieres, como lo haces siempre. Quiero que entiendas por qué estoy aquí, y que siempre estés seguro de que te quiero solo así.Yo lo siento en mi corazón, junto a ti mi vida siempre está llena de amor.
Que cada beso tiene ese amor sincero, que no importa lo que pase a nuestro alrededor cuando tengo tu mirada frente a mi, que cada sentimiento es verdadero, que eres todo lo que quiero y que no dudes que te quiero solo a ti.



6 de diciembre de 2010

sesenta y cinco.

Esos besos sinceros, esas caricias por mi cuello, esos mordisquitos en mi labio, en mi oreja.. esa manera de cogerme y rozarme la cara cuando me besas, esa sonrisa que siempre luces en cada beso, esos ojos azules que buscan los míos, esa manera de olerme el cuello y darme un beso, esa forma de reírte de mi, esa forma de cogerme y subirme encima tuya, esa manera de expresarte y de contarme las cosas, esa forma de llamarme, esas conversaciones de besugos, esos te quiero susurrando.. me has dado tanto en tan solo una tarde, que sé sin dudarlo que aunque tengamos nuestros momentos tontos, que aunque se nos crucen los cables, que estoy merece la pena y cueste lo que cueste, vamos a seguir adelante.

5 de diciembre de 2010

sesenta y cuatro.

Y lo hiciste, 77 días después, lo haces. Justamente cuando ya había conseguido calmar todo lo que yo sentía hacia ti, cuando había conseguido rehacer mis sentimientos, cuando ya pensaba que lograría seguir adelante. Lo peor es que no entiendes por qué lo hiciste, ¿me echabas de menos? con un abrazo me habría sobrado, pero no, lo has tenido que hacer. Lo peor es que no debería de haberme afectado, pero no es así. Todo lo que pensaba que tenía claro y ordenado, se ha derrumbado, me he hundido, ¿por qué? ¿por qué has vuelto si no es para quedarte? Lo peor.. es que me habría quedado contigo.

2 de diciembre de 2010

sesenta y tres.

Desde ese día sé que tengo a alguien con quien contar SIEMPRE que me haga falta, porque gracias a ese día tengo a alguien con quien hablar de TODO con quien decir las cosas sin problemas, contarle lo que pienso, desahogarme hablándole de lo que sea, escuchando también todos sus problemas y ayudándole en lo que haga falta, y en lo que se pueda, y si no se puede, se hace el esfuerzo y se intenta sacar soluciones de donde sea. Si, es esa persona a la que es mucho más que un amigo, es una parte de ti, algo que tú sientes que siempre estará ahí contigo, que si falta te sientes perdida o extraña, que siempre que te pasa algo, que estás mal o lo que sea, siempre vas a acudir a esa persona, porque sabes que es de las pocas que te van a animar y a sacar una sonrisa, por muy pequeña que sea. Esa persona que está esperándote a una hora para hablar, y te llama al darse cuenta de que tardas y que necesita hablarte, aunque sea una conversación sin sentido, o una conversación en la que quiere contarte algo, o una conversación en la que saltan las lágrimas, pero de alegría, aunque también las ha habido de tristeza, o una conversación llena de recuerdos, una conversación llena de ilusión por la espera de algo importante, una conversación con silencio por medio, una conversación en la que se planea el futuro o.. una conversación con una despedida interminable. Cualquier escusa es buena para poder hablar con esa persona.

sesenta y dos.

-Nunca había sentido que tenía que congelar cada instante por miedo de que fuera el último, ni me he acostado pensando en la persona con la que pensé al levantarme, y supongo, que eso es amor. Me encantaría pedirle que respirara mi aire, para que sepa que olvidarme de ella será imposible. Ya no tengo a penas pensamientos, no tengo objetivos. He sentido como me temblaban las manos y los pies, se me han herizado los pelos cuando rozaba un centímetro mi piel con su piel. He sentido como invadía mis sueños, como me sacaba de quicio, se tropezaba conmigo. He sentido su pecho respirando contra el mio, como agarraba mi ropa. He sentido como me quería, y sobretodo, como lo quería yo a él...voy a quererte siempre.
- ¡No seas cursi! Me conformo con que me quieras cinco minutos... y luego cinco más, y cinco más...

sesenta y uno.

El problema de perseguir lo que quieres es que no sabes si puedes conseguirlo. Si no lo intentas, no tienes ninguna posibilidad; pero si lo intentas y no funciona puedes acabar desearlo no haberlo soñado siquiera.
Y lo peor de conseguir lo que quieres es que no siempre es como te imaginabas.
Así es la vida. Aunque a veces, cuando no esperas nada en absoluto, surge algo mucho mejor que nada que te hubieras imaginado.

1 de diciembre de 2010

sesenta.

Las chicas son como manzanas en el árbol: Las mejores están arriba.
Los chicos no quieren alcanzarlas por miedo a caerse o hacerse daño. En su lugar, se quedan con las manzanas que han caído, que están en el suelo y no son buenas... pero fáciles.
Así que las manzanas que están arriba creen que algo malo pasa con ellas pero, en realidad, son increíbles.
Solo tienen que esperar que venga el chico correcto, que sea lo suficientemente valiente para trepar, pase lo que pase, a lo alto del árbol.

cincuenta y nueve.

La gente olvidará lo que hiciste. La gente olvidará lo que dijiste. Pero jamás olvidarán como les hiciste sentir.

cincuenta y ocho.

Y se dio cuenta de que la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto, y no pasa nada.

cincuenta y siete.

Puede que no debamos poner etiquetas, sólamente a la moda. Porque cuando etiquetas a alguien como "novio", "novia", "marido"... no ves más allá de la etiqueta. No ves a la persona.

cincuenta y seis.

- Te odio
- Yo diría que no me odias, sino lo contrario, pero tranquila, no tengas vergüenza, dilo, venga, dilo ya, vamos,  hazlo!
- ¿El qué? ¿Que te quiero?
-  Bien bien, en realidad ya lo sabía, gracias gracias. Yo también te quiero, pero solo un poquito más que tú.
- ¿Solo un poquito más? Ya verás ya.
- Estoy ansioso por verlo.