expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

5 de febrero de 2011

noventa y nueve.

La mayoría de las veces nos concentramos demasiado en nuestros problemas que olvidamos la posibilidad de soluciones.
Y aunque los problemas sean tan grandes o pequeños siempre nos distraen y nos alejan de lo que podemos aprender de ellos, en vez de pasar el tiempo preocupándonos, ahogándonos en frustraciones innecesarias nos haría bien analizar detenidamente de el por qué reaccionamos y buscar el lado positivo para después iniciar la búsqueda hacia una solución sólida.

3 de febrero de 2011

noventa y ocho.

Distinto, adictivo, raro, extraño, diferente, simple, grande, bonito, único, flipante, seguro, perfecto, loco, necesario, bueno, sincero.. algo increíble, sin duda alguna. A la vez estúpido, rápido, inseguro, odioso, corto, complicado, pesimista, insistente.. Sí, predominan los buenos antes que los malos.
En realidad, cuando fallas, cuando todo queda claro, te resignas, por muy fuerte que seas y por muchos intentos, no saltas ni haces nada por ello, por retener ese momento, es lo definitivo, ¿para qué intentarlo? Muchas veces es porque llegamos a un límite, donde las fuerzas y los ánimos escasean. Es un fracaso tras otro, las esperanzas se van agotando, ves que lo que haces no es suficiente, nada de lo que intentas lo es, no lo consigues. Por lo tanto no se reacciona ante la situación, y cuando deseas hacerlo, es demasiado tarde, acabó.
Luego llegan los "¿y si...?" y los arrepentimientos, pensamientos que te comen y que acaban desesperando. A lo hecho, pecho.
Es la mejor opción, creo.

noventa y seis.

Ya se que fue muy lento pero al fin lo habéis logrado. Ha tardado un universo y ahora hay que cuidarlo. Os ha costado tanto encajar vuestros abrazos, los gestos, los momentos, el orgullo y los enfados..
Y al fin llegó vuestro pedazo de verdad, la pieza que faltaba para armar el puzzle que ahora os hace caminar y que os mantiene cerca.
Tendrá que ser muy lento lo que pase a vuestro lado porque lento deja todo lento pero se ha quedado, nada de historia perfecta, es un guión con muchos fallos, la vida de cualquiera que se ha ido colocando.


noventa y siete.

Sé que no soy fácil, y que a veces manda huevos, pero aunque quiera, no puedo dejarte de mirar, pierdo la paciencia en los tiempos de espera.
Vuelve ya o por lo menos, vete para siempre, porque seguir en este ambiente no da para más. Tanto te espero, que desespero ahora me faltas, ahora te tengo, y hago recuento de lo que tengo y no tengo nada.
Hoy me he echado a perder. Cuando empiezo no paro, tengo gran facilidad en terminar de romper, lo que estaba arreglando llamando a tu buzón de voz una y otra vez.

noventa y cinco.

La paciencia es un don, dicen. Paciencia y puede que un pelín de esperanza, porque es posible que consigas lo que deseas, si estás decidido, ¿por qué no? ¿por qué tiene que salir mal?. Debemos vivir con la emoción de volver a sentir, y cuando llegue el momento, amarrarlo, que se quede el máximo tiempo posible, y durante ese tiempo, aprovechar, aprovechar cada segundo, momento, ocasión. Nunca sabes si el mañana será igual, o puede que incluso mejor. Pero mejor no arriesgarse, para luego no cometer errores ni que hayan arrepentimientos, se debe vivir, disfrutar, querer.. a más no poder.
Aunque también hablan de que la paciencia tiene un límite.

noventa y cuatro.

Noté aquello agradable que necesitaba.
Me pregunto a mí misma qué es lo que pasa, qué siento o que debo sentir. Que razones tengo para sentirlo, el por qué del porque lo hago. Pero pocas veces conseguí encontrar una buena razón. Y, por ese motivo, me he cansado, me he cansado de preguntarme, de buscar por qués, de comidas de cabeza.. ¿Razones? ¿De versas las necesito para hacer lo que quiero..?
He decidido que ahora solamente es lo que siento, y no lo que pienso, no analizo. Sé lo que debería saber. Sé como y cuánto. No sé por qué pero tampoco me lo voy a preguntar.
Ahora puedo decir que, por fin, estoy bien conmigo misma. No sé, siento ganas de todo, y de nada. No es que esté todo a mi favor, pero si gran parte.
He aprendido yo solita que tal vez no todo tenga siempre un motivo para suceder.