La mayoría de las veces nos concentramos demasiado en nuestros problemas que olvidamos la posibilidad de soluciones.
Y aunque los problemas sean tan grandes o pequeños siempre nos distraen y nos alejan de lo que podemos aprender de ellos, en vez de pasar el tiempo preocupándonos, ahogándonos en frustraciones innecesarias nos haría bien analizar detenidamente de el por qué reaccionamos y buscar el lado positivo para después iniciar la búsqueda hacia una solución sólida.
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